miércoles, 12 de marzo de 2014

El silencio Aúlla.

Tristemente llovía aquel día
en donde mi amor contigo te llevaste,
dejando en mi lecho el silencio mas espeso
taciturno quede en esa noche tan fría.

Agobiado como un animal que aúlla

tras el olor de tu fino perfume,
quise esperarte  de vuelta
y en medio de la tormenta
ansiaba ternura.

Pero aunque las ganas de gritar

estuvieron presente,
me desgarre en un llanto tan basto
que no dije nada, mientras te veía  alejar.

Ahora callo, anhelando tu figura

amada mía que en plena lejanía 
añoro tus besos con disimulo,
que han de arder como candela en
madera pura.

Hoy sigo esperando tu regreso

con tanto que decir,
fatigado de esta tempestar
sigo extrañando tu esencia
y aun te espero en sosiego.