en donde mi amor contigo te llevaste,
dejando en mi lecho el silencio mas espeso
taciturno quede en esa noche tan fría.
Agobiado como un animal que aúlla
tras el olor de tu fino perfume,
quise esperarte de vuelta
y en medio de la tormenta
ansiaba ternura.
Pero aunque las ganas de gritar
estuvieron presente,
me desgarre en un llanto tan basto
que no dije nada, mientras te veía alejar.
Ahora callo, anhelando tu figura
amada mía que en plena lejanía
añoro tus besos con disimulo,
que han de arder como candela en
madera pura.
Hoy sigo esperando tu regreso
con tanto que decir,
fatigado de esta tempestar
sigo extrañando tu esencia
y aun te espero en sosiego.